La decisión de la Comisión Europea de autorizar el cultivo de la patata transgénica Amflora supone un punto de inflexión en la política de Organismos genéticamente modificados.
Hacía doce años que Europa no permitía el cultivo de nuevas variedades transgénicas aunque sí su comercio.
El mercado europeo, restrictivo para el cultivo de transgénicos lo que sí permite es la importación y el comercio de muchas clases de organismos genéticamente modificados.
Con la decisión que permite la plantación de la patata Amflora la Comisión Europea marca un punto de inflexión en su política ya que asegura que se destinará a obtener almidón, productos industriales y piensos, pero no se destinará a la alimentación humana.
Desde Greenpeace discrepan ya que la Comisión deja un margen de un 0.9%. Desde la Fundación Antama dicen que la UE ha vuelto a decidir sobre las evidencias científicas.
Ramón Giráldez es profesor de genética en la Universidad de Oviedo y dice que la seguridad de los transgénicos está científicamente demostrada.
La Comisión Europea ha anunciado que en el verano propondrá un cambio en las reglas de estos productos.
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